Para cuando piensen que tu situación como blogger está mal, piensa en el caso de Yoani Sánchez, una cubana que mantiene un blog, y que para hacerlo tiene que disfrazarse de turista para entrar a un hotel, saludando en alemán, para poder usar la conexión a Internet, la cual sólo está reservada para los extranjeros. Ella y unos cuantos más están tratando de abrirse paso al control del gobierno.
Una vez que Sánchez logra entrar al hotel, tiene que empezar a teclear, y rápido. Y no porque tenga miedo de que la capturen, sinó porque el acceso a Internet es prohibitivamente caro, a razón de unos seis dólares por hora, lo cual es aproximadamente el sueldo de dos semanas del cubano promedio. De acuerdo con estadísticas, sólo un dos por ciento de la población de Cuba, unas 200,000 personas, tienen acceso a Internet, de los cuales empleados del gobierno, investigadores y algunos estudiantes pueden tener su propia cuenta.
El gobierno cubano culpa del limitado acceso a Internet a las sanciones de los Estados Unidos que no le permiten a Cuba usar los cables de fibra óptica que pasan a 12 millas de la costa, y que representan una vía de banda ancha, y por esto Cuba se ve forzado a usar caros enlaces por satélite para conectarse a Internet por países como Canadá, Chile y Brasil.
Así que, la próxima vez que pienses que andas mal como blogger, piensa en Yoani.
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